Un nuevo informe sobre la exclusión del mercado de alquiler de vivienda por motivos étnicos, realizada a partir de llamadas en agentes inmobiliarios que operan en Barcelona, concluye que el 62 % de los agentes consultados aceptan discriminar.
En el año 2020 se presentó un primer estudio de discriminación en el acceso a la vivienda y se impusieron dos sanciones, una por ofrecer una vivienda “solo a españoles” y otra por un caso de discriminación directa, las primeras en todo el Estado. El nuevo estudio, titulado Discriminació a la carta, detecta nuevas evidencias de esta práctica discriminatoria en el sector.
Las 350 llamadas se han realizado a diferentes agencias inmobiliarias que operan en la ciudad en nombre de una propiedad ficticia que quiere alquilar una vivienda y solicita que se excluyan del proceso de selección “las personas inmigrantes”. De las respuestas obtenidas por parte de los agentes inmobiliarios contactados, se extrae que una amplia mayoría acepta explícitamente la discriminación:
- Aceptación de la discriminación: en el 62 % de los casos se produce la aceptación por parte del agente de la demanda discriminatoria y se deja fuera del proceso de selección el perfil señalado.
- Facilitación de la discriminación: en el 24 % de los casos la aceptación de la discriminación no es directa, pero se detectan distintas prácticas que resultan igualmente en la exclusión del acceso a la vivienda al colectivo señalado.
- No discriminación étnica: en el 10 % de los casos el agente se niega a aceptar la propuesta discriminatoria.
- Evasión de la respuesta: en el 4 % de los casos el agente evita dar respuesta a la petición.
La elaboración de estos estudios permite situar y cuantificar el alcance de este tipo de discriminación, determinar hasta qué punto está normalizada en el sector y poder trabajar conjuntamente con agentes y entidades para erradicarla. Los resultados se han trasladado al Colegio de Administradores de Propiedad Inmobiliaria (API) y a la Cámara de la Propiedad Urbana, y se han puesto a disposición los recursos que ofrece la Oficina por la No Discriminación (OND) de formaciones, recursos y mediación.
Presencia de prejuicios y estereotipos
En la petición discriminatoria de la propiedad ficticia se opta conscientemente y únicamente por el término inmigrante sin más explicaciones de origen étnico, de religión o clase social, cosa que hace que se interprete que la discriminación va dirigida a las personas que provienen de unos determinados países. Así, a lo largo del experimento se observa en las respuestas de los agentes inmobiliarios una clara distinción entre la población “inmigrante”, que respondería al perfil discriminado, y la población “extranjera”, que quedaría fuera del público diana.
Otro aspecto relevante que sale a la luz durante la realización del estudio es que se trata de una práctica a la sombra. El 19,4 % de los agentes manifiestan de manera espontánea que esta discriminación no se puede publicitar, sin que la propiedad ficticia requiera que el filtro se aplique ya en el anuncio del inmueble.
El hecho de que la discriminación no se publicite ni se explicite nunca por parte de los agentes inmobiliarios se convierte en una primera dificultad a la hora de probar que esta se produce. En segundo lugar, el uso de engaños y mentiras a las personas discriminadas, estrategias que los agentes admiten y quedan recogidas en el estudio, ponen todavía más trabas para poder probarlo y, por lo tanto, perseguirlo, sancionarlo y reparar el daño.
Más discriminación entre agencias no colegiadas
El estudio Discriminació a la carta ha permitido detectar diferencias sustanciales entre los comportamientos de las agencias colegiadas y las no colegiadas. Aunque la aceptación de la discriminación es mayoritaria tanto entre colegiados como en no colegiados, en estos últimos suponen tres de cada cuatro agentes, una proporción que baja ligeramente por debajo de la mitad entre los colegiados. Al mismo tiempo, significan un número más alto los agentes que rechazan toda discriminación entre los colegiados, un 15 %, que los que no la rechazan, con una proporción de tan solo del 5 %.