Barcelona está viviendo una profunda transformación en términos de vivienda que ha puesto en primer plano el derecho a un hogar digno y asequible, hasta el punto de ser ejemplo de otras muchas grandes ciudades internacionales. Así lo deja patente el libro ‘HABITATGE. Barcelona 2015-2023‘, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, que hace una extensa y completa radiografía de las estrategias, mecanismos y herramientas que se han promovido los últimos años a partir de la opinión de más de cuarenta autores.
La publicación, presentada en sociedad este miércoles 29 de marzo en la Biblioteca Gabriel García Márquez, en el distrito de Sant Martí, contó con una mesa redonda donde se contrapusieron visiones y análisis del estado de la vivienda en la ciudad. Con la periodista de Crític, Laura Aznar, como moderadora, la regidora de vivienda y rehabilitación del Ayuntamiento, Lucía Martín, hizo hincapié en la firme apuesta realizada por el consistorio desde el primer día: “Hemos hecho políticas de vivienda muy ambiciosas que son un cambio de paradigma respecto al pasado, cuando iban más dirigidas a atender la emergencia habitacional y dejaban el resto de cuestiones en manos de la iniciativa privada”.
Medidas que conoce bien otro de los ponentes del acto, el doctor en arquitectura y regidor de vivienda entre 2015 y 2019, Josep Maria Montaner, que animó a la ciudadanía a asumir la conquista de los éxitos obtenidos. Buena parte de ellos recogidos a partir de la implementación del Plan por el Derecho a la Vivienda 2016-2025, aprobado en su momento con un amplio consenso.
“A pesar de los posibles cambios que pueda haber en el consistorio, creo que esta política de vivienda tan consolidada no se puede echar atrás, la sociedad barcelonesa no lo permitiría. El éxito es el plan mismo, que ha ido evolucionando”, expone Montaner.
Cuantificar el problema
El problema de la vivienda, una lluvia fina que engloba muchas cuestiones diversas, requería nuevos mecanismos que ayudaran a detectar sus grietas. Uno de los ejemplos más claros, el Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona (O-HB).
“Hasta el 2017 no se media la vivienda como herramienta de transformación urbana. Por eso era necesario crear un instrumento específico”, apunta el director de Barcelona Regional, Josep Bohigas, que define Barcelona como un “laboratorio urbano y social donde se impulsan propuestas innovadoras que, incluso, fuerzan el cambio de leyes”.
Entre otras iniciativas renovadoras hay la superilla habitacional, explicada por Bohigas en el libro. “Se basa en construir una idea de proximidad potente, donde en el centro tenemos la vivienda y alrededor de ella vamos conquistando espacios vinculados a las equipaciones, a los servicios básicos, al trabajo, a la cura de las personas… Articular muchos sectores alrededor de la vivienda para que la ciudad sea la casa de todo el mundo”.
Políticas contra la especulación
Las superillas habitacionales son algunos de los procesos piloto que ha desarrollado la ciudad, junto con alojamientos APROP, el sistema ATRI, la vivienda industrializada y nuevos formatos de concurso público, entre otros. Y que marcarán el camino en los próximos años.
“Tenemos el reto de continuar trabajando muy centradas, más allá de la emergencia, en toda aquella gente que vive de alquiler y que sufre dinámicas globales relacionadas con un mercado inmobiliario que busca el máximo beneficio en el mínimo tiempo posible. Y esto es totalmente contrario al derecho a la vivienda. Nuestro objetivo es continuar sacando adelante políticas que luchen contra esta especulación permanente”, concluye Martín.