El Foro de Vivienda y Rehabilitación de Barcelona ha dedicado una de sus sesiones a hablar sobre la innovación en la promoción pública de vivienda. Ha hablado de ello el gerente del Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona, Gerard Capó; el director gerente de EMVISESA en Sevilla, Felipe Castro; la directora general del Instituto Balear de la Vivienda, Cristina Ballester; y la CEO – Vassilakou Urban Consulting-Vienna Solutions, Maria Vassilakou. Todos ellos han expuesto casos de éxito en Barcelona, Sevilla, las Islas Baleares y Viena, respectivamente. Ha moderado la sesión la periodista de El Periódico de España, Analía Plaza.
Desde IMHAB, Gerard Capó ha querido destacar dos acciones innovadoras en promoción pública. Por una parte, las viviendas de Can Fabra, construidas en la nave G de una antigua fábrica de Sant Andreu. «El propio objetivo era innovador», explica Capó. Según ha comentado, la principal dificultad del proyecto era el encaje entre lo antiguo y lo nuevo, un aspecto que se solucionó construyendo viviendas lo menos agresivas posibles. La inserción de módulos de madera creando cuatro plantas permitió hacerlo reversible. El gerente de IMHAB también ha querido destacar la innovación del proyecto en cuanto a su arquitectura. La estructura de madera, la cual tiene un peso cinco veces inferior a las estructuras de acero, el sistema constructivo en seco y acoplados y el uso de materiales de muy bajo impacto ambiental son algunos ejemplos de ello. También ha destacado la innovación social. Y es que en el interior de esta nave hay unos espacios abiertos y comunitarios para facilitar el intercambio entre el propio vecindario.
Por otra parte, Gerard Capó ha destacado el proyecto de alojamientos de proximidad provisionales APROP. «Es una de las soluciones para hacer frente a la emergencia habitacional y es un elemento de innovación, rapidez y sostenibilidad», explicó. Actualmente están en funcionamiento las viviendas APROP de Ciutat Vella, con un total de 12 alojamientos, y hay dos proyectos adicionales, uno de 40 alojamientos en el barrio de La Bordeta, en Montjuic, y otro de 42 alojamientos en el barrio del El Parc i la Llacuna del Poblenou, en el distrito de Sant Martí.
La innovación, necesaria
En su turno, el director y gerente de EMVISESA, Felipe Castro, afirmó que «la innovación es un avance necesario en las políticas de vivienda» y explicó el caso de Sevilla. En esta ciudad se han promovido 22.000 viviendas asequibles y se ha aumentado en 2.800 el parque de vivienda de alquiler. Según explicó Castro, la innovación en la promoción pública se ha hecho mediante tres aspectos. En primer lugar, los alojamientos colaborativos, los cuales tienen por objetivo crear 516 unidades de alojamientos a grupos con necesidades especiales, como por ejemplo la comunidad investigadora, educativa o deportiva, emigrantes sevillanos retornados, menores de 35 años y mayores de 55 años. «El objetivo es crear una malla que permita una estructura social de intercambio y a la vez tenga efecto sobre los equipamientos del barrio», ha explicado el director y gerente de EMVISESA, que ha puesto sobre la mesa el ejemplo que ya tienen en funcionamiento, el proyecto piloto en Sevilla, Rue 32, con 32 alojamientos. También ha hablado de los proyectos de rehabilitación y de las permutas con realojo.
La sostenibilidad y la economía circular, agentes clave
Desde las Islas Baleares, la directora general del Instituto Balear de la Vivienda, Cristina Ballester, ha explicado que desde el consistorio se está incrementando el parque público en más de 1.000 viviendas. También hay en construcción 616 viviendas de protección pública, hay en fase de redacción el proyecto de 301 viviendas de protección pública y hay 77 viviendas adquiridas por tanteo y retracto. Para alcanzar este objetivo, Ballester destacó que es importante hacer frente a la emergencia habitacional, a la crisis climática y a la pobreza energética teniendo en cuenta tres aspectos: el valor social, el valor medioambiental y el valor económico. «Hay que dar menos importancia a la oferta económica y poner cláusulas sociales y medioambientales«, explicó. «Tenemos que hacer viviendas dignas porque también contribuimos socialmente a una sociedad más saludable», agregó.
En este sentido, Ballester ha querido dar importancia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para desarrollar una economía circular. Asegurar el acceso de todas las personas a las viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles, y mejorar los barrios marginales; promover la salud mental y el bienestar; incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas; alentar y promover la constitución de alianzas eficaces en los ámbitos públicos, público-privado y de la sociedad civil; trabajar por la igualdad de género; alcanzar la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales y disminuir la generación de residuos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización son algunos de los puntos que ha destacado. Algunos ejemplos para conseguirlo y en los que se trabaja desde el Instituto Balear de la Vivienda son: la apuesta por una arquitectura de bajo impacto ambiental, la reducción del consumo de CO2, de recursos y de agua, la priorización de materiales sostenibles, locales y de kilómetro cero, el impulso de proyectos de minería urbana y de proyectos con perspectiva de género y la incorporación de cláusulas sociales en los pliegues de contratación. «Buscando ampliar el parque público podemos contribuir a activar la industria en las Islas Baleares», agregó.
Viena, un referente
Por otra parte, la CEO de Vassilakou Urban Consulting-Vienna Solutions, Maria Vassilakou, que formó parte del gobierno de la ciudad en el pasado, explicó el caso de Viena, uno de los referentes del sector. Según apuntó Vassilakou, Viena es una ciudad que crece muy rápido, con unos 25.000 nuevos residentes anuales, y es una de las capitales mundiales de la vivienda pública y social. De hecho, un 62% de los vieneses viven de alquiler en vivienda social o pública y la ciudad invierte más de 500 millones de euros anuales y tiene una política de suelo activo. Vassilakou ha explicado que, para conseguir estos niveles, el marco estratégico es la calidad de vida, los recursos y las nuevas tecnologías. El barrio Eurogate, construido al 100% con viviendas pasivas y tomando como material principal la madera, el proyecto Wooden City Breitenlee, o las zonas de Bike City y Bike and Swim City, proyectos de vivienda colaborativa donde los inquilinos participan en la planificación, son algunos ejemplos del estilo y la filosofía en Viena. «Cuando hablamos de innovación en vivienda social también hablamos de la calidad de vida», explicó. «Construimos barrios. Nos centramos enormemente en la calidad arquitectónica de los edificios, pero también en la calidad del espacio público», agregó.